domingo, 27 de mayo de 2018

No tienes por qué contarle a todos sobre el abuso

Hace más de 20 días que no escribía nada por aquí.
¿Qué ha pasado?
He recibido múltiples "ataques" de los monos voladores que rayan en lo cómico y que me han hecho salirme un poco de mis casillas.

Llevar sin pareja la crianza de los hijos es algo realmente estresante y agotador, tiene muchas satisfacciones pero la carga mental es increíble, sin nombrar el esfuerzo físico. Todo eso me ha hecho estar en un constante ir y venir de malos humores que me ha ayudado de cierta forma a sortear los "ataques de los monos voladores"

¿Por qué pongo "ataques" entre comillas?

Porque creo que no es un ataque real y meditado por los monos. Ellos creen que están tratando de ayudar a una pobre señora que no está estable emocionalmente (yo) y que de alguna manera tienen que salvar a mis hijos de mis crisis emocionales.
El narcisista ha sabido elegir bien, esas personas persistentes, que les encanta saber la vida de los demás para olvidarse de sus propias desgracias y que tienen la intención de salvar el mundo. Los ha convencido de que no estoy bien y que necesito ayuda psicológica porque no soy capaz de criar a mis hijos.

Él sabe que lo peor que me pueden hacer es tacharme de loca, porque no lo estoy. Conoce mis puntos débiles y ahí enfoca sus ataques. Porque los de él sí son premeditados.

No tienes que contarles a todos sobre el abuso

Cuando recién descubrí que estaba siendo víctima del abuso narcisista, mi primera impresión fue pedir ayuda. Cosa que no recibí, al contrario, con la psicóloga y las personas de la congregación tuve malas experiencias pues no me creen o consideran el abuso como algo normal dentro de una familia.

Creía que si no lo contaba, no podía tener justicia.
Pronto descubrí que no tengo por qué contar lo que me pasó si no quiero.

Estos monos voladores llenaron mis redes sociales y teléfono de mensajes y llamadas preguntando cómo estoy. Los bloquee y me llamaron de números desconocidos para que contestara. Les colgué y siguieron insistiendo. Creo que la próxima vez vendrán a visitarme.

Los verdaderos amigos no te van a preguntar detalles, no te van a exigir que les tomes llamadas sólo porque quieren saber "Cómo estás?"
Los verdaderos amigos respetan tu espacio, te platican sobre otros temas y no te presionan para que les hables sobre lo que pasó con tu ex pareja.

Un verdadero amigo acompaña, no presiona.
Apoya, no etiqueta.

Como dice una frase que leí hace mucho tiempo:

"Para proteger tu energía está bien no contestar una llamada, está bien cancelar un compromiso, está bien alejarte de donde no te sientes bien"

No tienes por qué contarle a todo mundo, sólo toma tus precauciones, denuncia, encuentra un buen terapeuta y deja evidencia legal.

La justicia tal vez no llegue, pero tú habrás seguido los pasos correctos.

Los abusadores quieren hacer de la separación un circo, no compres los boletos, no aceptes las cortesías, no participes en el espectáculo.

El show NO SIEMPRE DEBE CONTINUAR.

-Amazona

sábado, 5 de mayo de 2018

La vida es injusta, hay que aceptarlo.

Las últimas semanas he tenido muchos altibajos emocionales. Cada vez duran menos y los tomo como espacios para reflexionar, pero sigue siendo duro.

Uno de los sentimientos más difíciles de sentir es el de la injusticia, ese coraje porque tuvo que pasarnos a nosotros si somos buenas personas. ¿Qué no se supone que la vida premia a los que se portan bien?
Yo me porté muy bien, mejor que muchos y vean todo lo que me pasó.

Entiendo y me he perdonado mi responsabilidad en el asunto, era joven, inexperta y creía que mi amor podía cambiarlo todo. Me perdono. Pero aún no logro perdonar a la vida.

Me niego a perder mis esperanzas, mi sueño de una vida llena de amor, pero cada día que pasa me convenzo más que la vida es injusta per se y hay que aprender a disfrutarla así.

Las personas mueren en la flor de la juventud, otras sufrimos de abuso, los niños pequeños sufren enfermedades terminales, por más que hagamos siempre va a haber algo malo que pase y no podremos hacer nada.

No estoy siendo negativa, estoy siendo realista. No puedo andar culpando a la vida por lo que pasa y cómo me siento, yo tengo el control sobre eso, para eso voy a terapia, para eso vivo diariamente.

Estas semanas han sido las más duras, pero también las más reveladoras  y las más felices.

Cuando he comprendido que la vida es injusta, he parado de esperar a que la vida me de  la suerte lo que quiero y cómo lo quiero, tomo el control. Adiós pensamiento mágico.
No es la vida la que decide, soy yo.

Y seguimos en el camino hacia la sanación.

¿Cómo se han sentido estas semanas?




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