domingo, 14 de marzo de 2021

¿Qué pasa 3 años después del abuso narcisista?

 

Quiero hacer una actualización porque hace mucho que no escribo en este espacio. Y creo que a veces se necesita saber qué pasa después de todo el horror vivido.

La vida ha mejorado muchísimo desde la última vez que escribí, pero también me he enfrentado a nuevos retos.

El narcisista

El divorcio y proceso de custodia de nuestros hijos ha quedado legalizado y completado. Estuvimos casados por bienes separados, por lo que no hubo nada que repartir. Se estableció una pensión alimenticia y ha cumplido favorablemente, para mi sorpresa.

Hace aproximadamente un año se mudó de la ciudad y sus intentos de molestar o incomodar han disminuido notablemente. Creo que tiene un nuevo suplemento.

Recaída

En mi caso, tuve una relación con una persona que parecía bastante normal, cariñosa e interesada por mí y mi familia. Duró 1 año.
Terminó porque descubrí que estaba con varias personas a la vez, a todas vendiéndoles el mismo cuento de la familia feliz, fue duro, pero lo corté de raíz desde que me enteré.

Este incidente me hizo regresar un poco a los estados iniciales de sanación del abuso, que aunque no estoy segura de haber sido abusada de la misma forma, la desilusión desencadenó viejos sentimientos y hábitos como el síndrome del impostor.

Pude retomar la terapia psicológica y reconocer que aunque son momentos duros, no me encuentro en el hueco sin fin en el que me sentía estar hace 3 años. La sanación no es lineal y este es solo un momento bajo que necesito procesar para tomar fuerza nuevamente.





Cosas buenas

Encontré un trabajo que me permite vivir bien con mis hijos en nuestro propio espacio, lo que me ha hecho no depender económicamente del narcisista ni de nadie de mi familia. En mi casa son mis reglas.
A veces el trabajo del hogar, las reparaciones y el estar a cargo de todo pasan factura, pero si ponemos todo en una balanza. La vida es mejor aquí.


Sé que no estoy sola

Uno de los sentimientos recurrentes que tenía cuando estaba con el narcisista o al inicio del proceso de sanación, era la soledad, la incomprensión, el sentirme sin rumbo o pertenencia.
En 2020 pude sentir que no estoy sola. Tengo amigos, compañeros, familia que está ahí en las buenas y en las malas.
El mundo no me va a dar la espalda completamente, siempre hay alguien.

Aunque aún sigo teniendo periodos donde me siento triste o miserable, que no puedo más con ser madre soltera, trabajadora y muchas cosas más. Creo que tengo las herramientas para volver al equilibrio.
Sé a donde acudir, con quien hablar, qué hacer. Sé que esos sentimientos vienen del trauma y que a veces mi cabeza me dice cosas para sabotearme.

Años de terapia, fuerza de voluntad y trabajo me han traído hasta aquí.

Espero que ustedes también puedan sentir y agradecer sus avances. Somos lo que somos a pesar del abuso.

Yo te creo.

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